sábado, 21 de septiembre de 2013

THG: La Sección Privada [Mis Escritos]

Ya han pasado los 3 días de entrenamiento, lo que significa que a la hora de la comida empezarán a llamarnos para nuestras secciones privadas con los vigilantes. Durante todo este lapso de tiempo no he hecho más que partirme el lomo para fortalecerme. Me favorece el área de computación y el uso del hacha, aunque este último solo lo intente una vez y de forma sutil para que el resto de los tributos no me vean como una gran amenaza. Más que nada mi entrenamiento consiste en hacer flexiones, el manejo de tecnología, y cosas prácticas para sobrevivencia.

-¿Nerviosa?

-Quizás un poco –Le admito a mi compañero y dejamos a hablar.

Ya llamaron a la chica del distrito 6, Kendra, y veo que Nathan empieza a estirar el cuello y secarse en las piernas el sudor de sus manos. Pasan unos diez minutos, quizás menos, quizás más, y lo llaman. No tengo ni la más remota idea de que será lo que presente, pero le deseo que tenga éxito… aunque no más que lo deseo para mí.

Así es la cosa, a estas alturas ser egoísta será estrictamente necesario para vivir.

Quince minutos después, me llaman. Me reafirmo la coleta, trueno mis dedos y me dirijo al gimnasio. Los vigilantes están atentos aun, quizás Nathan logró que captaran atención a nuestro Distrito. Me dirijo con seguridad a las armas, hay como media docena de hachas de todos los tamaños y materiales. Sin vacilar tomo cada una, todas me parecen buenas.

Entonces comienzo a lanzarlas contra los señuelos, que se encuentran a unos 10 metros de mí, lamentablemente el primero solo le llega al codo, lo que provoca risa en los vigilantes, pero siguen atentos con sus copas de vino en mano. Las otras cinco llegan sin problema al corazón y cerca de sus caras. Feliz conmigo misma me dirijo prácticamente a la carrera a la zona de tecnología y me desenvuelvo con facilidad.

Y por ultimo me dirijo por última vez a las armas, esta vez con los cuchillos, y rodando por el suelo o simplemente dándome vueltas sobre mi propio cuerpo, lanzó al corazón de 3 muñecos y corto la cuerda del saco de boxear que hay unos 12 metros más allá.

Me enorgullezco de mi misma, ha sido mucho mejor de lo que tenía en mente, así que hago una reverencia, solo por mera cortesía, y me dispongo a salir después de que me den la respectiva autorización.

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